sábado, 8 de diciembre de 2007

Desandando antes de volver a andar




Muchas veces he leído aquel mensaje que dice "Cuidado con lo que deseas...". Pues estoy comprobando que es cierto. Deseaba con mucha fuerza poder cumplir un sueño, trabajar en aquello en lo que me había preparado y que, desde siempre, me había gustado.

Pensando que, por alguna razón, no iba a ser posible, llegó un momento en que el sentimiento de impotencia concentró todas mis energías y unas cuantas estrellas y planetas iluminaron un poco mi camino. Así pasó y ahora hago exactamente lo que quiero hacer: aprender de los niños, siendo su profe.

Pero, además, esas mismas estrellas me guardaban una sorpresa. Quisieron, en su momento, que comenzara a bailar. Bailar, aprendiendo, claro. Y, siguiendo su halo, llegué a Avalon, donde lo que aprendes no sólo es una danza, sino su forma de compartir la vida, afín a la mía.

Nunca me había planteado este camino, ni siquiera como hobby, pero si decidí seguir el brillo que me iluminó lo desconocido y casi dos años después siento la misma ilusión que el primer día, puedo dar gracias y sentirme muy afortunada.

Así que, puedo decir que me siento bien. Puedo decir que soy profe, de día y aprendiz de bailarina, de noche :P

Sé que la vida gira en espiral, pero también sé que es la esencia de cada uno la que guía nuestro destino.

martes, 16 de octubre de 2007

Recordando



Hoy no es momento de tristezas ni tinieblas. Puedo tocar la luz. Podemos crear un nuevo mundo. Hoy un paso es, también, una semilla. Puedo ver cómo pronto será un jardín. Podemos respirar el rocío. Hoy nos damos la mano para no soltarnos. Puedo sentirte cerca. Podemos contárselo al mundo. Hoy imagino cómo puede ser una realidad así. Puedo recordarla. ¿Podemos disfrutarla?

lunes, 17 de septiembre de 2007

Un despertar



Muchas preguntas... algunas respuestas y millares de pasos para avanzar.

Sin esperar, sólo andar. Si te cruzas, adelante. Al lado o por tu lado, no caminado de lado.

De la mano, cerca o lejos, en cualquier mundo, este amor es también tuyo.

No es para tí y tampoco para mí, sino para tod@s l@s que merecen un palacio de miradas, de palabras y de caricias. Para l@s que sin poder, regalan vida y compañía.

Hoy he despertado recordando la pobreza y la miseria, pero también la alegría y valentía de humanos defensores de derechos, dignidades y, sobretodo, voluntades.

Una lucha sin balas ni espadas, en que se liberan las manos atadas. Dura y sin prejuicios, con el valor de uno mismo. Y uno y uno, son dos mil, y dos mil, un millón.

Equilibrar la balanza es utopía, pero es más aún, porque también es justicia.

sábado, 25 de agosto de 2007

Mi visita al Parque Timanfaya



Un rastro serpenteante, pequeñas pisadas con membranas, colores azules y verdes sobre otros grises y cálidos terrosos. Un horizonte azabache, tormentoso, rocoso y de quietud. Leves relieves arenosos que fueron ardientes ascuas y cenizas...

Sólo una demostración de lo más impresionante, lo que fue y volverá a ser la naturaleza en estado puro. Las entrañas de la fuerza y la furia en movimiento, la vida y la armonía.

¿Destrucción o creación? Como resultado, la muerte sobre la vida interior y aislados lechos de vida en la mortal superficie. Impresionantes e ilógicas estructuras enredadas a la vez que equilibradas...

Un pedacito de paraíso de belleza racial.

viernes, 3 de agosto de 2007

La magia de ser un hada

Nunca podrás ser tan pobre como un hada,
ni nunca alcanzarás ser tan rico.

Y, aunque creas que tu juventud te hace dueño del mundo, que tus muchos años te han hecho sabio,
nunca serás tan joven como un hada
y nunca llegarás a saber tanto.

viernes, 13 de julio de 2007

Encuentro


Pisa, pero pisa bien. Nota la arena bajo tus pies. A lo lejos, hasta las estrellas te sentirán.

Baila, danza, siente e hipnotiza. Da a tus sentidos libertad. Las estrellas también bailarán.

Los pies se enraízan y la música eleva tu mente. La tierra y el espíritu se acercan. La naturaleza es el escenario de un encuentro mágico, misterioso.

Somos varios los seres que allí nos encontramos. Tú, también estás invitado.

Pisa, pero pisa bien. Nota la arena bajo tus pies.

Baila, danza, siente e hipnotiza. Hazlo, mientras nuestro círculo gira.

lunes, 2 de julio de 2007

Intentando comprender, sin desmerecer.

Nada es porque sí. Un pequeño soplido puede provocar huracanes, al menos, en mi conciencia.

¿Y si creo en tus palabras?

¿Y si crean la alianza
de algo eterno que se fue
y en mi calma yace ausente?

No cruzaré con vida
ni camino que divida
la razón más fuerte
y, a la vez, inexplicable.

Ningún viento empujará
con cariño o con temor

ni las ramas de este árbol,
ni la fe del que sembró.



martes, 19 de junio de 2007

Simplemente


Sólo dos versos que se me ocurrieron mientras caminaba a casa. Como en el título, son simples pero descriptivos.

Ya no pienso en tus palabras
ni recuerdo tu mirada.
Ahora busco el refugio de aquello que no anhelaba.

Ya no espero ser feliz
porque siento serlo hoy.
Como tú, creo mi historia, sólo un rastro en la memoria.

sábado, 28 de abril de 2007

La luz de un niño


...Desvelador, el superhéroe que no duerme porque vigila que se guarde el orden y la paz en su ciudad, había descubierto una luz que provenía del pecho de aquel niño...

Subió de nuevo a la azotea de aquel edificio y se dirigió a su casa. Su deber con la ciudad terminaba por aquella noche y debía descansar antes de comenzar su rutina diaria. Ése día no consiguió dormir. Él sabía que aquel niño era diferente, pero no imaginaba que tuviera un don.

Debía pensar que convenía hacer.
La jornada en la panadería pasó como otra cualquiera. Fueron a comprar las mismas personas, con los mismos pedidos y, prácticamente, con los mismos comentarios. Por eso, para Desvelador, estar allí era como dormir, ya que podía hacerlo todo automáticamente y casi con los ojos cerrados.

Sólo faltaron por pasar dos clientes. Pasó el día pensando en el niño. Era muy pequeño para poseer tanta luz... era demasiado intensa y, por lo tanto, su poder también sería grande. ¿Qué ocurriría cuando creciera?

Al finalizar el día, Desvelador cenó con una buena amiga con la que compartía sus turnos de descanso en su azotea, muchas veces y, al finalizar, ambos se separaron, dejando a Desvelador comenzar su paseo por la ciudad buscando malhechores a los que disuadir de sus intenciones, pero no tuvo suerte.

Se aburría como un mono en el desierto y esto hacía que no pudiera dejar de pensar en el niño de dos años. Le tentaba la idea de acercarse a verle.

No obstante, resistió y decidió comprarse un bocadillo de tortilla para distraerse y recuperar fuerzas.

En la tienda 24 horas, se dio cuenta que la dependienta resultaba algo extraña. Vestía el uniforme de trabajo y no dejaba al descubierto más que el rostro y las manos, pero su mirada era fría y sus manos no parecían suyas... Estaban demasiado desgastadas y marcadas por el trabajo, el dolor o alguna enfermedad. O eso fue lo que pensó Desvelador.

Intentando no mostrar su preocupación, Desvelador pagó su bocadillo, se despedió y se marchó. La dependienta no le contestó en ningún momento, lo que sorprendió aún más a nuestro héroe. Mientras se comía el bocadillo, pensaba Desvelador que estaba bastante bueno, no era igual que el que hacía su madre... y pensó "del 1 al 3, ¡le doy un 2 y medio!"

Casi estaba amaneciendo y sólo había ayudado a los trabajadores de unos almacenes a cargar sus cajas de productos para la tienda, había convencido a dos hombres que a las tres de la madrugada iban de camino a un bar, que volvieran a sus casas porque sus familias les esperaban y había impedido que varios coches cayeran en un socavón que se abrió, de repente, en la calle del espía ciego.

Antes de volver a casa, casualmente pasó por delante del edificio en el que seguramente estaría durmiendo el niño, aunque Desvelador se dirigía al parque, porque le encantaba terminar así sus noches de protector de la ciudad, dejándose envolver por el silencio del amanecer y el reflejo del agua de aquella fuente.

Aún la noche estaba cerrada, así que decidió que si los malos querían algo de él, debían buscarle.

Sentado sobre el borde de piedra gris de la fuente y mirando el brillo de la luna en el agua, notó que alguien pasaba cerca.
En ese momento, levantó la mirada y vio como una figura alta y desgarbada avanzaba hacia el otro extremo del parque, sin prisa en su movimiento.

Desvelador leyó entónces una clara falta de esperanza.
No consigió ver de quién se trataba, pero reconoció esas manos cuando, al pasar por debajo, las alumbraron la luz de una farola.

Se trataba de aquella dependienta que, de nuevo, iba casi totalmente oculta bajo sus ropas.

A Desvelador le entró una extraña sensación de desamparo y la mujer desapareció en la oscuridad.

En aquel momento, Desvelador se acordó del niño, al que había olvidado por completo en este último instante, y subió a su ventana porque sentía que algo iba a pasar.

Se lo encontró sentado sobre su cuna y mirando hacia la ventana por la que apareció Desvelador y, del pecho del niño comenzó a desprenderse de nuevo aquella intensa luz blanca.

Sorprendido ante la espera del niño, se quedó inmóvil y comenzó a percibir algo en su mente. El niño le estaba hablando, lo hacía a través de ideas. Sólo le dijo que quería salir, ver la urbe de noche.

Desvelador, impresionado, se adentró en la habitación, cubrió al niño con la manta de su cuna, le cogió entre sus brazos y salieron los dos por la ventana de un salto.
Ninguno de los dos emitió sonido ni idea alguna y Desvelador caminaba sin rumbo.

Primero, caminaron por el parque, después pasaron por la calle donde estaba el puesto de la castañera del barrio y en un solar en el que sólo había una casita rodeada de tierra, encontraron luz. El niño señaló la casa y Desvelador se acercó con él hacia allí...

A Desvelador aún le temblaban las manos por la impresión pero, a la vez, aquel niño le infundía un inmenso sentimiento de bienestar, de calma y de alegría. Pero Desvelador intentaba mantenerse firme, porque la noche aún no había terminado y debía estar alerta.

Desvelador y el niño se asomaron por una de las ventanitas de la pequeña casa y pudieron ver una humilde sala en la que había una cocina, una mesa de madera con tres sillas y un viejo sofá.

La decoración era sencilla pero hacía que la sala fuera muy acogedora.


En una de las sillas había sentada una mujer comiendo algo caliente de un plato.

El niño señaló a la puerta y Desvelador llamó al timbre.

La mujer no abrió la puerta, aunque los que llamaban volvieron a insistir... Desvelador entendió que la mujer no se fiara, al fin y al cabo, no era un héroe conocido; la discreción era uno de sus aliados.


La mujer se asomó a la ventana, vio a la pareja y al ver al niño, algo le hizo sentir bien.

Puso la palma de su mano pegada al cristal y, entónces, Desvelador supo quién era esa mujer.

Nunca, antes de aquella noche, había vistos unas manos semejantes. Se trataba de la dependienta de la tienda de 24 horas.


Desvelador llevó al niño hacia la ventana y éste puso también su mano contra el cristal, pegada a la de la mujer.

La manta que cubría al niño, cayó resbalándose hasta su cintura y dejó salir la luz que aún seguía en su pecho. Aquella mujer comenzó a sentir algo extraño, pero Desvelador sólo pudo ver cómo la expresión del rostro de la mujer cambiaba.

Su mirada dejó de ser melancólica y comenzó a brillar, apareciendo unos ojos verdes que transmitían sabiduría a la vez que alegría. Y en su boca se dibujó una sonrisa que hacía que la mujer pareciera más joven.


Poco a poco, la luz del pecho del niño fue desapareciendo y, entonces, Desvelador vio cómo la mano de la mujer también había cambiado. Ahora sí parecía suya.

Desvelador, impresionado una vez más, nunca habría imaginado que aquel niño, al que todos tenían por raro, fuera realmente alguien tan especial.

Había hecho que aquella mujer liberase su alma. Era la inocencia de un niño lo que la mujer necesitaba para que sus males le dejaran de consumir.


Cuando la mujer cerró la puerta de su cuarto, Desvelador llevó al niño de nuevo a su cuna. Debía descansar y estar allí antes que su madre despertara. Y él debía volver antes que asomaran los primeros rayos de sol.

viernes, 30 de marzo de 2007

El descubrimiento de un gran poder


Os presento una pequeña historia que nació un día... casualmente.


Desvelador, el superhéroe que no duerme porque vigila que se guarde el orden y la paz durante la noche en su ciudad.


Desvelador tiene una identidad secreta, que es esa, Desvelador.


En su vida, habitualmente, trabaja de panadero, hace postres y tiene helados Häagen Dazs. Su panadería, situada entre un comercio de bisutería y una juguetería, es pequeña y modesta.


Desvelador amasa y hornea toda clase de pan y cada semana la dedica a un pan de diferentes partes del mundo (real o fantástico), realizado según la receta original.


Le encanta su trabajo y, cuando se va acercando la hora de cenar, después de haber atendido a todos los niños y niñas que van a su tienda para comprar su mirienda, se reserva un momento para tomarse un helado Häagen Dazs de fresas con nueces.


No puedo decirte el nombre de nuestro panadero, es secreto, porque si lo hiciera, todo el mundo sabría de quién hablamos, su identidad se haría pública y tendría que abandonar su panadería. Dejaría de ser un superhéroe guay y sería como cualquier cantante o actor famosillo.


El caso es que a su panadería van todos los días las gentes del barrio. Entre ellas, hay una madre que lleva a su hijo de dos años con ella. Este niño tiene parálisis cerebral, pero es un encanto.


Por ese motivo, nuestro superpanadero le tiene un cariño muy especial y le dice que, cuando crezca, le enseñará a hacer esos panes tan buenos que les gustan tanto a la gente.


Desvelador siempre supo que ese niño poseía cierto misterio, algo que le hacía especial y comprendío que debía descubrir de qué se trataba y, algún día, ese niño demostraría su valor.


Una noche, estaba nuestro cocinero calentando un poco de pan para cenar ( él siempre cena con pan calentito, es una buena costumbre que heredó de su madre), subió a la azotea a cenar mientras observaba la ciudad.


La noche era clara y nuestro panadero estaba terminando su cena, todo estaba tranquilo, había circulación en la M-30, dirección sur, y las luces del concierto de las Ventas iluminaba el centro de un conjunto de edificios.


Desvelador terminó su cena y, tras llevar los cacharros a su cocina, regresó al mismo lugar en que había cenado para seguir con su tarea.


Nunca se mueve de su puesto de vigilancia, salvo que haya algun peligro o urgencia a la que acudir, pero ese día, decidió que el día había sido muy largo y tenía que disfrutar de la noche.


No fue a Huertas como haría más de uno para disfrutar de la noche, ni se fue a un japonés ni tampoco a ver a quién podía ver en los preestrenos de los cines. Sólo fue a pasear por los jardines de su barrio, eso sí, estaría siempre alerta.


Paseando entre los jardines, se sentó en el borde de una pequeña fuente del ayuntamiento. El ayuntamiento de esa ciudad pone fuentes feas y, a veces, hasta huelen mal, pero esa fuente era de otro ayuntamiento. La habían enviado de Japón como regalo para el barrio, por una niña que vivía allí y que ganó un concurso de diseño de objetos detectivescos en su país.


La fuente era bonita, moderna y muy elegante. Le daba un toque oriental muy exótico al jardín. El agua nunca olía mal ni estaba sucia. Allí sentado, miraba en el agua el reflejo blanco de la luz de las ventanas del edificio que tenía detrás.


De forma lejana, oía hablar a alguien. Le llegaban levemente las voces de los últimos trabajadores que volvían a sus casas, tras su jornada.


Disfrutando de este silencio y este clima, se dio cuenta de que en una de las ventanas, de repente, el resplandor dejó de ser blanco. No desapareció, sino que cambió de color. Diría que se trataba de un color malva o verde o rojo, pero no puedo, porque no lo era. Era un color brillante, plateado y morado a la vez. Resultaba raro y atractivo.


Desvelador no sabía de qué se trataba, dejó de mirar el reflejo e intentó buscar la ventana de la que procedían esas luces. Y l a encontró.


Reptó por la pared (Desvelador puede tener los poderes que quiera, siempre que no se los quite a otro superhéroe que los haya patentado) y, cuando llegó a la ventana, se asomó con mucha precaución y, ¿sabes qué vio? Era el niño del que habíamos hablado antes, aquel niño con un halo especial.


Estaba durmiendo y el resplandor procedía de su pecho. Era muy pequeño y no era consciente de lo que poseía y, aún menos podía controlarlo pero, como Desvelador sospechaba, ese niño era especial.


jueves, 22 de marzo de 2007

Como respirar



Esa mujer que veis en la imagen no es otra que la bailarina de fusión tribal a la que más admiro y que, además, es una gran persona y mi profa, alias, Morgana. Hubiera preferido poner una foto demostrando su arte y poderío, jejeje... cuando la consiga, lo arreglo.

He decidido dedicarle mi post a ella y al mundo que nos acerca a muchas nuevas o veteranas en él porque, si la danza oriental empezó a formar parte de mí hace poco más de un año, resulta que lo que ella ha creado es lo que realmente me llena.

Así que estoy superagradecida por compartir sus conocimientos, por su generosidad, por muchos detalles que tienen y por lo que, directa o indirectamente, hacen por mí y, aunque sé que no deja de ser su negocio y su forma de vida, son especiales y lo transmiten en aquello que hacen.

A mí, como a muchas más personas, nos dan el aire para respirar. Si ahora me quitaran las clases... ¡¡¡me iría de compras!!! digo... ejem, es broma...


Supongo que si tuviera que dejar de vivirlo sería porque no me quedaría más alternativa, pero sería como cortarle alas a un águila o como dejar a un café sin su aroma.

No he sido yo, pero éste ha sido un gran descubrimiento en el mejor momento.

domingo, 18 de febrero de 2007

Me without you


Un tema de "El sueño de Morfeo".

"Dicen que soy
un libro sin argumento,
que no sé si voy o vengo,
que me pierdo entre mis sueños.

Dicen que soy una foto en blanco y negro,
que tengo que dormir más,
que me puede mi mal genio.

Dicen que soy
una chica normal
con pequeñas manías que hacen desesperar.
Que no sé bien
dónde está el bien y el mal,
dónde está mi lugar.

Y ésta soy yo,
asustada y decidida,
una especie en extinción
tan real como la vida.
Y ésta soy yo,
ahora llega mi momento,
no pienso renunciar,
no quiero perder el tiempo.

Y ésta soy yo
Y ésta soy yo

Dicen que voy
como perro sin su dueño,
como barco sin un mar,
como alma sin su cuerpo.

Dicen que soy
un océano de hielo,
que tengo que reír más
y callar un poco menos.

Dicen que soy
una chica normal
con pequeñas manías que hacen desesperar.
Que no sé bien
dónde está el bien y el mal,
dónde esta mi lugar.

Y está soy yo,
asustada y decidida,
una especie en extinción
tan real como la vida.

Y ésta soy yo,
ahora llega mi momento,
no pienso renunciar,
no quiero perder el tiempo.

Y ésta soy yo
Y ésta soy yo

No sé lo que tu piensas,
no soy tu cenicienta,
no soy la última pieza de tu puzzle sin armar.
No soy quien ideaste,
quizá te equivocaste,
quizá no es el momento.

Y ésta soy yo,
asustada y decidida,
una especie en extinción
tan real como la vida.
Y ésta soy yo,
ahora llega mi momento,
no pienso renunciar,
no quiero perder el tiempo.

Y ésta soy yo
Y ésta soy yo".

viernes, 9 de febrero de 2007

El poder de un abrazo


No habremos sido poc@s l@s que, escuchando o leyendo las noticias, nos hemos parado especialmente en el descubrimiento de dos esqueletos abrazados pertenecientes a hace 5000 años.

El hecho de que un abrazo sea noticia, es noticia en sí misma. Pero si profundizamos un poco más, llama la atención que hoy, como hace 5000 años, a pesar de lo diferente que son nuestras vidas, no hemos cambiado nada.

Es cierto que tenemos más conocimientos y, por ello, más capacidades, pero lo que fundamentalmente mueve al ser humano son los sentimientos hacia nuestros propios valores y hacia los demás.

Un abrazo hace 5000 años puede significar muchas cosas, pero exactamente las mismas que las que pueden significar hoy y, por lo tanto, podemos deducir que la esencia del ser humano no ha cambiado.

Así, me identifico con el abrazo de dos adolescentes de hace cinco milenios y con la forma de continuar su viaje, reflejo de la devoción del uno por el otro. En mi caso, reflejo de tod@s aquell@s que os seguis moviendo guiados por los que os hace únic@s desde la eternidad.

domingo, 28 de enero de 2007

Algunos domingos son así.


Las cosas no pasan porque sí. Todo tiene un por qué, pero a pesar de lo que nos espere en un futuro, no podemos olvidar que nosotros mismos influimos poderosamente sobre lo que nos va sucediendo día a día.

Así, somos los responsables del rumbo que tome nuestra vida en gran medida.

Es nuestro deber analizar o descifrar aquello que no entendemos sobre lo que nos sorprende, preocupa o desconcierta. Y, aunque no es un deber impuesto, sino aprendido, y aunque complique un poco más nuestra existencia, puede resultar muy gratificante (más adelante) habernos parado un momento, quizá, en contra de nuestros primeros impulsos.

En definitiva, hablo de la razón sobre la emoción. ¿Alguien dijo que crecer no cuesta trabajo?

Y dicho esto, decido pasar las próximas horas de esta tarde de domingo en el cine, je, je.

domingo, 14 de enero de 2007

Sobre alguna virtud.



Pasito a pasito, avanzo un poquito... Es lo que nos enseñan desde pequeños y quizá, de las cosas que más nos cuesta aprender.

Dicen que la paciencia es una virtud y, si paramos un momento, es fácil ver que la paciencia y el tiempo son grandes amigos que han puesto alguna vez las cosas en su lugar.

Así que, mientras la paciencia y el tiempo hacen su trabajo, me dedicaré a mirarme el ombligo un poco y otro poco a mirar cómo se lo miran los demás. Pero, luego, volveremos a nuestro ombligo.

Eso es lo que solemos pensar más de un@ cuando algo no marcha como nos gustaría, hasta que nos damos cuenta que hay que echar una mano a la paciencia y al tiempo.


Pero no es absurdo pensar que, en un primer momento, somos nosotros mismos los que tendemos la mano, lo que ocurre es que necesitamos que alguien esté al otro lado para cogerla.
Por eso existe gente a nuestro alrededor que nos demuestra cosntantemente que soporta con creces tantas "sorpresas" de cada uno de nosotr@s.


Se podría decir que tienen mucha paciencia y que lo podría hacer cualquiera que realmente gozara de ese don, pero no es así porque hay una diferencia. No es paciencia, es amor.

jueves, 11 de enero de 2007

Un salto del ángel


Ja!, ¡¡¡a estrivor, viento en popa a toda vela!!!

Es como dar un salto hacia el mar, de cabeza y tomando impulso desde una superficie inestable. Aunque no quieras, hay que hacerlo, y más vale que quieras si pretendes no volver la vista atrás.

Más adelante, según donde te llevara la marea y hacia donde navegaras, podrías volver a pisar esas mismas tierras, pero con una experiencia y una visión nuevas. Entonces, éstas u otras, podrían ser tierras amigas.

Se trata de aprender, de comprender y, básicamente, de luchar por la felicidad. Porque no, no suele venir sola.

jueves, 4 de enero de 2007

De repente, en mi propio laberinto.


Qué difícil es esto de sentir. Últimamente estoy comprobando cómo es cierto eso de que las cosas cambian de un día para otro. Lo complicado que es comprender lo que pasa a nuestro alrededor. Un día soy una princesa y al día siguiente, esa princesa muere. El por qué, lo respeto.

Comencé a querer a alguien que ha decidido volar para luchar contra antiguos demonios. Gracias por tu sinceridad. Gracias por tus gestos, tus miradas, tus sonrisas y tus palabras. Gracias por este regalo. Ahora me quedo aquí, con una parte menos de mí que te has llevado. Quizá regreses acompañando a las estrellas con las que te fuiste. Estaré en mi laberinto.

Mientras, seguiré en busca de mi lugar. Mientras, se me escapa la vida.

Sólo hoy miraré atrás, después, seguiré adelante.

Qué injusto querer y luego no querer.

Gracias por vuestras manos que, al estrecharse con las mías, me guían hacia la claridad.