domingo, 28 de enero de 2007

Algunos domingos son así.


Las cosas no pasan porque sí. Todo tiene un por qué, pero a pesar de lo que nos espere en un futuro, no podemos olvidar que nosotros mismos influimos poderosamente sobre lo que nos va sucediendo día a día.

Así, somos los responsables del rumbo que tome nuestra vida en gran medida.

Es nuestro deber analizar o descifrar aquello que no entendemos sobre lo que nos sorprende, preocupa o desconcierta. Y, aunque no es un deber impuesto, sino aprendido, y aunque complique un poco más nuestra existencia, puede resultar muy gratificante (más adelante) habernos parado un momento, quizá, en contra de nuestros primeros impulsos.

En definitiva, hablo de la razón sobre la emoción. ¿Alguien dijo que crecer no cuesta trabajo?

Y dicho esto, decido pasar las próximas horas de esta tarde de domingo en el cine, je, je.

No hay comentarios: